La Serena, Chile – Galaxias espirales, las lunas de Júpiter, Nubes Magallánicas, el brillo ardiente de Marte – estas maravillosas vistas del cielo han atraído a deseosos astrónomos a nuestro país por años.
Los cielos brillan con una claridad extraordinaria en el norte montañoso, el cual ostenta oscuridad, aislamiento y viento seco que tanto codician los astrónomos.
En este momento, una cadena de revolucionarios proyectos de observación espacial, del orden de varios billones de dólares, están viniendo al país. Reportes gubernamentales predicen que Chile será anfitrión del 70 por ciento de la infraestructura astronómica global hacia el 2020 – con un incremento en innovación tecnológica, ingeniería y astroturismo dispuestos a seguir.
El Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos (LSST), programado para comenzar su construcción este año, es una cámara de 3.2 billones de pixeles que capta “una película a color del universo”.
Creará el mayor conjunto de data público en el mundo- un completo mapa del cielo que permitirá a los astrónomos conducir detalladas investigaciones sin acceso a telescopio.
«Esto hará comenzar una nueva era – alguna gente lo llama la democratización de la astronomía,» dijo Chris Smith del Observatorio Interamericano Cerro Tololo, institución sagrada que posee la cámara más grande del mundo.
«Los astrónomos usaran mapas digitales para excavar información, con menos tiempo de observación, para entonces desarrollar proyectos de seguimiento con telescopios reales,” dijo a Al Jazeera.
En Santiago, fue abierto en el 2010 el Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento de la Universidad de Chile, para desarrollar métodos para la gestión de estos grandes volúmenes, así como también para educar una nueva generación de expertos que alcanzarán una creciente demanda.
«Este es el equivalente astronómico de la investigación en genómica,” dijo Eduardo Vera, el director del laboratorio. «La información será muy grande como para poder manejarla- es por eso que se necesita algoritmos, justo como lo que está haciendo Google con el internet.”
Cada noche, 20-30 terabytes de data, catalogando cientos de eventos transitorios- tales como supernovas, asteroides, cometas y estrellas nuevas- llegarán desde el LSST en una conexión de un gigabyte por segundo, antes de ser guardada y analizada por supercomputadores gigantes.
«Chile puede transformarse en un líder mundial en informática y dejar atrás a la competencia, porque este asunto es tan nuevo que no estamos siguiendo a nadie,” dijo Vera a Al Jazeera.
La producción de instrumentos es otro campo clave.
A pesar de que Chile está por detrás de jugadores establecidos como los Estados Unidos, varias instituciones se encuentran colaborando con socios internacionales para la construcción de piezas de aparatos para proyectos como el Telescopio Extremadamente Grande Europeo (E-ELT), el cual se espera se convierta en el telescopio óptico/infrarrojo más grande del mundo cuando se haya terminado de construir en 2023.
La Pontificia Universidad Católica de Chile está trabajando con ingenieros Europeos en el espectrógrafo de alta resolución SIMPLE – una herramienta diseñada para el estudio de la física nuclear, planetas fuera del sistema solar y el enriquecimiento químico de las galaxias.
Además, se están realizando investigaciones para producir equipamiento para el radiotelescopio de un billón de USD perteneciente a ALMA, un conjunto de 66 en el nórtico Desierto de Atacama que está en la búsqueda de nuestros orígenes. Está estacionado a 5.059 metros de cima de montaña en el “Parque Astronómico», una parcela de 35,997 hectáreas que ha sido protegida para alentar más nuevas instalaciones.
El objetivo final es que Chile lidere la producción de uno o dos instrumentos de primera clase del rango de los 5-20 MM USD. Los científicos chilenos también son dados un diez por ciento de tiempo de telescopio en todos los observatorios en el país- una gran oportunidad para levar a cabo estudios originales.
«La astronomía puede construir puentes entre la industria y universidades que no tenemos”, dijo Mónika Rubio, directora de astronomía de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), la cual opera bajo Ministerio de Educación.
En 2013, su presupuesto para astronomía se elevó hasta 1.8 MM USD por año.
El rápido crecimiento en el astroturismo ha acompañado todo este progreso científico. Hoy, Chile es la destinación para la observación de estrellas que será rival de Nueva Zelanda, Canadá y el sur de Estados Unidos.
“El gobierno se ha dado cuenta que la astronomía no es solamente científicos,” dijo Smith de Cerro Tololo mientras conducía por el escénico Valle del Elqui, el cual jacta hasta 300 noches de clara visibilidad por año.
“El foco solía ser arena y sol- ahora es solo estrellas. La astronomía atrae al mundo todo el año, pero la playa solo dos meses,” dijo a Al Jazeera.
En 2013, la región central de Coquimbo – la cual incluye al Valle del Elqui- – recibió a 150,000 visitantes.
Durante la temporada alta, llamativas vallas publicitarias electrónicas aparecen en la Avenida del Mar, la cual conecta los populares puntos de la costa oeste de La Serena y Coquimbo.
Es solo un ejemplo de contaminación lumínica amenazando con dañar los mismos cielos que atraen a tantos viajeros.
De 23 observatorios turísticos, una docena están localizados cerca de la ciudad de Vicuña, una hora hacia el interior de La Serena.
El primero abrió en Cerro Mamalluca en 1998 y está a menudo completamente reservado durante los meses de vacaciones desde Diciembre a Febrero, cuando cientos de esperanzados observadores de estrellas lo visitan cada noche.
«Nunca pensamos que tendría tanto impacto turístico- el proyecto estaba orientado a la educación,” dijo Luis Vigorena, director de Mamalluca.
«El interés va en aumento incluso para gente que no sabe nada de astronomía. Es muy romántico, como Copérnico con sus telescopios primitivos,” dijo a Al Jazeera.
Pero como más negocios llegan a explotar recursos naturales- ambos en el cielo y bajo la tierra- dejan un camino de contaminación lumínica.
La población de región de Coquimbo ha crecido como consecuencia del reciente auge de la minería en Chile. Debajo de un dosel asombroso de estrellas, el extraño brillo anaranjado de la civilización se levanta a lo largo de los márgenes del beneficio.
«La publicidad, las instalaciones deportivas y la minería son los peligros principales,» dijo Pedro Sanhueza, director de la oficina nacional para la protección de los cielos norteños de Chile.
«El ministerio de salud obliga a las minas a usar grandes cantidades de luz- más que una ciudad- y pensamos que el impacto podría ser sentido hasta 200 km desde un observatorio profesional.”
Una serie de decretos gubernamentales han sido emitidos para regular las emisiones de luz, pero Sanhueza dijo “Hay una gran brecha entre tener abogados en la oficina y tener gente en la calle por la noche, midiendo la luz.
«Desde un punto de vista abstracto, tenemos organizaciones más fuertes para la aplicación, pero en términos prácticos no están haciendo su trabajo,” dijo.
Un estudio de 2010 confirmó que la contaminación alcanza hasta cerca de 15 grados por sobre el horizonte sobre la Serena y Coquimbo.
Aunque todavía no es suficiente como para interrumpir el trabajo científico, la mejora de las lámparas públicas y el lanzamiento de una campaña para Los Sitios de Herencia del Mundo Astronómico de la UNESCO no han aliviado el miedo a que los cielos oscuros puedan algún día convertirse en la víctima del propio progreso de Chile.
Fuente: LatinAmerican Post